La Masonería |
Los precedentes de la masonería se sitúan en al organización de los constructores de catedrales medievales. En Inglaterra, en 1350, aparece la palabra francesa francmasón (albañil que trabaja la piedra de adorno) distinguiéndose de los canteros de piedra bruta.
El gremio de albañiles era importante en la Edad Media, seguían un largo aprendizaje con normas y jerarquía propias. La autoridad era el maestro albañil. Los trabajos se realizaban en logias que eran talleres cercanos a la obra y, en ellos, trabajaban entre 12 y 20 masones o albañiles. La jerarquía se componía de maestros, compañeros y aprendices. Los albañiles disfrutaban de una posición social elevada. Sus patrones eran San Juan Evangelista, San Juan Bautista y los Cuatro Santos Coronados. Formaban gremios con derechos políticos y poseían la doctrina secreta del arte de la construcción. Sus usos y costumbres se han conservado en ritos y símbolos masónicos, diferenciando así, la masonería operativa de la especulativa.
Se dice que las raíces de la masonería están en la doctrina sincretista y esotérica de los Rosacruces que, al ser perseguidos por la Iglesia por su heterodoxia, se refugiaron en las corporaciones de artes y oficios de Inglaterra y Escocia, que contaban con abundante bagaje de técnicas y símbolos “misteres” del italiano “mestiere” u oficio, y que abogaban por el librepensamiento, en contra del absolutismo, anticlericales y defensores del progreso. Confiaban en el poder de la inteligencia, recta conciencia y voluntad. No se definían como secta religiosa o partido político. Su causa era toda causa justa y se basaban en la tolerancia como virtud. Su objetivo era descubrir la verdadera Sabiduría. La moderna Masonería se sitúa hacia 1717, casi exclusivamente con miembros “aceptados” que eran los esoteristas con intereses de conocimiento y sociales. Se extiende todo un simbolismo alrededor que, al ser secretos, le dan una atmósfera de misterio.
Las logias londinenses eran llamadas también “Templos del Amor”. Sus ideales eran Tolerancia, Fraternidad y Libertad , tan similares a los de al Revolución Francesa. Las condiciones de admisión eran haber nacido libre y ser de buenas costumbres. Sus deberes eran rechazar el ateísmo y promover la adhesión al poder estatal y el secreto de sus actividades.
Las logias eran el principio organizativo fundamental. Debían respetar unas Obediencias y eran iguales en derechos e independiente . Las federaciones de logias formaban una gran logia como la Grande Oriente de España, que ejercían la suprema autoridad. Con siete miembros se podía formar una logia con el grado de maestro, y en su defecto, con tres un triángulo. Las logias las dirigían personas elegidas democráticamente de modo anual. La máxima autoridad era el Venerable. También existían logias femeninas, distintas a las de los hombres, eran minoritarias y adaptadas a las masculinas, como las Hijas de la Unión. Actualmente existen logias mixtas.
Tenían sus reglamentos. Las reuniones se llamaban “tenidas” y, según su objeto, estaba la tenida magna, de familia, de iniciación, blanca, fúnebre... La asistencia era obligatoria y aportaban un pago o “capitación”.
SIMBOLISMO Y RITUAL
Si por algo se caracteriza esta sociedad, discreta que no secreta como dicen, es por su abundancia de simbolismo y ritos. La palabra masónica consolidó la estructura de la masonería. Comenzó siendo un signo de reconocimiento secreto para distinguir a sus miembros. Todo Aprendiz se sometía a un rito de iniciación donde recibía su signo que debía reproducir en todas sus obras, como lo hacía el maestro cantero en las construcciones medievales del Camino de Santiago, pertenecientes a la Orden del Temple. La misma logia como recinto es simbólica. Orientada de Oeste a Este, como la catedrales, hacia donde viene la luz, el Sol, y donde se sitúa el Altar, ocupado por el Venerable, que se convierte en transmisor de esa luz o conocimiento. La sala no tiene ventanas, hermetismo, y tiene forma de cubo, que simboliza los cuatro elementos de la Naturaleza. Dos columnas en la entrada con las iniciales J. B., copia del Templo de Jerusalén. Los Aprendices se situaban en la columna norte, los Compañeros y Maestros en la sur. Delante del trono del Venerable, las tres grandes luces, la Santa Ley, la Escuadra o rectitud del masón y el Compás o equidistancia entre los hombres.
Detrás el Triángulo, como la Trinidad, acompañado del Sol y la Luna ( razón y emoción, padre y madre, hombre y mujer, etc.). En el contorno del templo hay doce columnas como el Zodíaco, que sostiene una bóveda azul, el firmamento. Junto a la puerta hay un asiento para el Guardián del Templo que protege el ritual. El masón debe posicionarse en la vida entre al escuadra y el compás, entre la rectitud y la equidistancia. Otros símbolos son la plomada que representa el equilibrio, la espada que es la lucha contra las tinieblas, la espada flamígera como poder espiritual, el águila bicéfala significa los poderes temporal y espiritual, la letra G de God o Dios, el delantal que es símbolo del trabajo de al Gran Obra, el color blanco que simboliza la pureza y los guantes blancos que recuerdan al masón que no debe “mancharse” con la maldad.
Este lenguaje es esotérico porque el profano no entiende su significado. Otra característica de la masonería es su carácter jerárquico. El iniciado va ascendiendo peldaños de conocimiento a través de iniciaciones, que son ritos de paso de un grado a otro hasta 33, que es el habitual del Rito Escocés i Aceptado. Los tres primeros son el de Aprendiz, Compañero y Maestro, llamados también de Emulación. Del grado 4-18 son los Capitulares, del 19-30 son los Filosóficos y del 31-33 los Sublimes, más esotéricos. Se distinguían durante la Revolución Francesa dos corrientes: los “fríos que detentaban el poder y los “caliente” que eran perseguidos, más comprometido con causas sociales. En cada rito de iniciación hay una “muerte” simbólica y una “resurrección” a una nueva vida, más iluminada y elevada espiritualmente.
Se va trabajando la “piedra bruta” de las pasiones y de la ignorancia avanzando sobre la razón. Los útiles masónicos son el cincel y el mallete. El compañero o hermano se asocia con peregrinaje, búsqueda de sabiduría. El maestro ayuda a la construcción del Templo o Humanidad Fraternal. Además de los rituales que activarían mecanismos inconscientes para elevar al iniciado, también se realizan actividades intelectuales y lúdicas como el ágape fraternal o cena. Se intenta dar un sentido práctico a lo realizado.
MASONERÍA EN ESPAÑA
En el siglo XVIII tuvo poca vigencia en España por la oposición de la monarquía y la Iglesia que la censuraron. Los orígenes se remontan en la Guerra de la Independencia, cuando Napoleón propició la creación de las logias para imponer su voluntad política. José I la difundió. Estaba integrada por franceses y afrancesados, en su mayoría funcionarios, artesanos y de profesiones liberales, que componían la I Logia Nacional de España. Los que resistieron a Napoleón, rechazaron la masonería, eran los patriotas de las Cortes de Cádiz. Fernando VI la prohibió por asociación a los franceses. Entre 1820-1823 se restablecen las libertades públicas y la masonería que había tenido existencia secreta. La regente Mª Cristina da la amnistía general y vuelven los masones. Ministros y jefes de gobierno, intelectuales, fueron masones. Hay una gran transformación social y se consolida el Gran Oriente Español. También existen críticas hacia ella. Los grupos masónicos fueron influyentes durante la guerra de las colonias. En el primer tercio del siglo XX, se redujo su influencia. Blasco Ibáñez, Lerroux, Ramón y Cajal, Juan de la Cierva, y muchos ilustres personajes fueron masónicos. En la II República se magnificó su influencia. En 1923 había 69 logias y 21 triángulos en España. Durante la Guerra Civil, Franco manda perseguir la masonería, incluso hay fusilamientos. Es la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo. Se dice que, antes, Franco intentó ser masón pero no fue admitido. Su hermano sí lo fue. De este modo, desapareció la masonería en España.
En la actualidad, con la promulgación de la Constitución española y las nuevas libertades, los grupos masónicos se han extendido aunque su existencia no parece tener el auge anterior. Su acceso es relativamente sencillo, aunque la Iglesia sigue criticando esta Sociedad. Parece estar más desvinculada de temas políticos o ideológicos y estar centrada en el progreso individual, aunque esto se podría contrastar con un estudio de campo
No obstante, en la Logia Española, existen Obediencias donde no permiten el ingreso de mujeres.