SacsayHuamán |
Sacsayhuamán del quechua "Saksaq Waman" halcón satisfecho.
Mas
que una fortaleza es considerado por algunos autores como un templo dedicado al
Dios Sol o la Casa Real del Sol, siendo el Sol un emblema extraordinario con el
cual los incas representaban al Espíritu Universal dador de la
Luz
de la Sabiduría. Es una realidad que las realidad internas del ser humano,
siempre se buscó alguna representación física para comprenderlo mejor, es el Sol
la forma más comprensible de dar a entender lo que es el Real Ser interior
profundo.Asombrosa construcción basada en enormes rocas, el muro principal está
formado por piedras que llegan a medir hasta 5 metros de alto y 2.5 metros de
ancho, y que pueden pesar entre 90 y 125 toneladas métricas, realizadas con
increíble precisión. Todo esto nos muestra que lograron combinar sabiamente los
conocimientos internos del ser humano y los conocimientos externos de la
naturaleza y el mismo universo, logrando plasmar en la roca estas enseñanzas en
perfecto equilibrio.Sacsayhuamán
(del aimara saqsaw waman, lugar donde se sacia el halcón) es el lugar más
misterioso de todo el continente americano.
En efecto, cuando los conquistadores pertenecientes al ejército de Pizarro
llegaron a Cusco en 1533, quedaron atónitos frente a tan inmenso monumento
megalítico de muros ciclópeos
de enorme peso.
Los españoles se preguntaron cómo había sido posible que los indígenas
Incas,
quienes desconocían el uso de poleas y la existencia del hierro, y que
utilizaban troncos de árboles en vez de ruedas, transportaran rocas de hasta 200
toneladas de peso, les dieran forma para que encajaran perfectamente entre sí y
las levantaran para colocarlas unas encima de las otras.
Los españoles se preguntaron también cuál misterioso motivo habrían tenido los
indígenas, quienes a sus ojos eran “arcaicos”, para construir tal monumento,
tomándose tanto tiempo y gastando tanta energía.
Estas preguntas, de unos 477 años de antigüedad, conservan su actualidad.Ningún
estudioso ha presentado pruebas suficientes y exhaustivas de cómo fue construido
Sacsayhuamán y, sobre todo, de cuál fue su función.
Nadie sabe tampoco
cuándo fue edificado en realidad, aunque recientemente la arqueología oficial
sugirió que los indígenas de la cultura Killke erigieron la imponente estructura
en el 1100 d.C.
En los últimos años tuve la oportunidad de entrevistar a varios arqueólogos,
tanto peruanos como brasileros, y me dio la impresión de que ninguno quiere
realmente afrontar el tema de Sacsayhuamán. ¿Por qué?
El tan reconocido método de datación llamado carbono 14 funciona sólo cuando hay
material orgánico, pero no es capaz de datar el período en el cual se construyó
un monumento.
Por ejemplo, el dato sobre la cultura Killke, ofrecido por un equipo de
arqueólogos en el 2008, contrasta con la información clásica etno-histórica que
reconocía a los
Incas
como los constructores de Sacsayhuamán a partir de 1438 d.C., durante el reino
de Pachacutec.
En mi opinión, el hecho es que no se puede datar un monumento de piedra sólo
porque se encuentren restos de cerámica en sus fundamentos. Según esta lógica,
tal vez en 10 años se halle otra cerámica en un estrato de terreno más profundo,
perteneciente a una proto-cultura Killke remontable quizá al 900 d.C. Y así, se
formulará una datación de la construcción de la estructura de piedra anterior al
900 d.C.
El monumento, que para algunos es la representación de la cabeza de un puma,
para otros una fortaleza para defender a Cusco y para otros un centro
ceremonial, está compuesto por tres
muros de aproximadamente 400 metros de largo y 6 de alto. Se calculó que algunas
piedras pesan hasta 200 toneladas, mientras que el volumen total de los tres
muros es de unos 6000 metros cúbicos.
En la zona al sur de los muros están las bases de lo que fueron probablemente
tres grandes torres: Muyucmarca, Sallacmarca y Paucarmarca. Mientras que la
primera tiene base circular, las últimas dos la tienen rectangular.
La Muyucmarca tenía unos 12 metros de altura y una base con un diámetro de 22
metros. En sus Comentarios Reales, el Inca Garcilaso de la Vega describe a
Muyucmarca como una torre que servía como depósito de agua y que estaba
conectada a las otras dos por túneles subterráneos.
Se narra que en la batalla de Sacsayhuamán, acaecida en 1536, el Inca Cahuide se
lanzó al vacío desde la Muyucmarca, con el fin de no entregarse a los españoles.
Sobre el origen de Sacsayhuamán fueron escritas decenas de libros y se
propusieron las teorías más extrañas para explicar cómo se llevó a cabo su
construcción, hecho que hasta ahora está envuelto en el misterio.
Al caminar por las calles de Cusco se ven varios libros de presuntos místicos,
cada uno de los cuales dice conocer la clave sobre cómo fue erigido el más
misterioso sitio arqueológico de América.
Hay quienes opinan que Sacsayhuamán, que era originalmente mucho más grande,
puesto que los españoles utilizaron muchas rocas para construir sus casas e
iglesias en Cusco, era una ciudad megalítica que reproducía
exactamente a la capital del antiguo reino de Atlántida, desaparecido a causa de
terribles terremotos e inundaciones.
En efecto, es extraño que las piedras encajen a la perfección entre sí, de
manera tal que ni el filo de un cuchillo pueda pasar entre ellas. ¿Cómo fue
posible edificar una cosa tan perfecta sin instrumentos modernos de construcción
y corte, ni la fuerza motriz, que no apareció hasta el siglo XIX?
Antes que nada, hay que analizar el problema del transporte de rocas tan
grandes. Según algunos investigadores, las piedras más pesadas (de andesita) se
encontraban ya en el sitio de Sacsayhuamán, pero, si así fue, debe explicarse de
todos modos cómo las levantaron para ubicarlas y encajarlas entre sí.
En caso de que hubieran estado en minas lejos de Sacsayhuamán, ¿cómo fueron
transportadas? Al no disponer de carros ni de animales de carga como bueyes o
caballos, se piensa que los pedruscos más pesados fueron deslizados sobre
troncos de árboles sosteniéndolos con gruesas cuerdas, como se ve en la
penúltima foto, que muestra el desplazamiento de un megalito en la isla de Nías,
en Indonesia, en 1915.
Una vez agrupadas las rocas en el lugar donde se construiría la estructura, se
procedió a pulirlas, con el objetivo de que encajaran las unas con las otras.
Tenemos que pensar que los antiguos concebían el tiempo de manera diferente a
nosotros ahora. Trabajar una roca durante meses o años era una cosa normal, el
tiempo era visto no como un límite, sino como una oportunidad.
Para hacer que un pedrusco encajara perfectamente con otro, los antiguos
constructores debieron haber utilizado mazas de piedra más dura que la andesita
para poder pulir los vértices de cada uno y unirlo bien con otro.
Existe también la teoría de la existencia de una planta que, mezclada con otras
sustancias naturales, volvería la piedra fácilmente maleable, como si fuera
plastilina, usada por los niños para jugar.
Según algunos investigadores, los antiguos habitantes del altiplano dominaban
algunas técnicas de alquimia que permitían justamente modelar la roca a gusto
para volverla luego otra vez durísima. Según una leyenda difundida en Cusco, el
Padre Jorge Lira demostró en los últimos años del siglo XX que la técnica para
volver las piedras maleables era cierta y que se basaba en la utilización de una
planta llamada jotcha. No obstante, parece que el sacerdote no logró endurecer
de nuevo la roca. En todo caso, sus experimentos no se apoyaron nunca en pruebas
científicas y toda la historia permaneció siempre tras un halo de misterio.
Aunque se admita que los antiguos constructores de Sacsayhuamán lograron labrar
los pedruscos de manera que encajaran entre sí, queda aún el enigma de cómo
pudieron levantar piedras de decenas de toneladas
de peso para ponerlas unas encima de otras. Según la teoría oficial, se ponía
una base de madera oblicua entre el suelo y la roca utilizada como fundamento.
Luego, troncos perpendiculares en los cuales colocar una base de madera en la
cual había otros troncos perpendiculares. Sólo sobre estos últimos se
transportaba el pedrusco que iba a ubicarse sobre el que estaba abajo. La
operación se efectuaba tanto arrastrando como empujando, para asegurar que la
roca no se fuese para atrás, y se ponían palos entre los troncos
perpendiculares, con el fin de bloquear el posicionamiento. Las cavidades que se
descubrieron en algunas rocas servían, según algunos investigadores, para meter
troncos, con el fin de sostener la roca antes de ponerla definitivamente sobre
otra.
Según mi amigo peruano Paul Mazzei, podría existir otra posibilidad: una vez
puestas las rocas más grandes en fila, los fundamentos de la estructura, se
procedía a excavar debajo de ellas con el fin de hacerlas hundirse a una
profundidad más o menos igual a su altura. Luego, simplemente se ponían otras
rocas relativamente más ligeras sobre las primeras, más pesadas. A continuación,
se procedía a reducir y aplanar el nivel de suelo de toda el área, con el fin de
ocultar la “trinchera” excavada inicialmente.
Si bien algún día se logrará explicar exhaustivamente cómo se construyó
Sacsayhuamán, permanecerá siempre la duda de por qué y cómo fue erigido. Como ya
se había mencionado, hay quienes piensan que fue una fortaleza, mientras que
otros lo consideran un centro ceremonial.
De hecho, para nosotros es difícil comprender los motivos de una construcción
tan compleja que requirió ciertamente de muchos años para ser completada. Sin
embargo, hay que recordar que en el mundo hay cientos de construcciones
megalíticas y que la lógica de los antiguos es para nosotros complicada, pues
estaba relacionada con ritos y ceremonias que hoy resultan incomprensibles.
Después de haber comparado entre sí a muchos lugares arqueológicos de
Suramérica, llegué a la conclusión de que Sacsayhuamán fue construido mucho
antes que Cusco. En mi opinión, la estructura megalítica era el centro de una
ciudadela que se extendía más allá de los límites del actual parque
arqueológico.Opino que los autores de Sacsayhuamán pertenecían a la llamada
civilización megalítica americana
que se desarrolló en Suramérica poco después del diluvio universal, a partir del
noveno milenio antes de Cristo.
Sólo con ulteriores trabajos de excavación, con el estudio comparado de otros
sitios megalíticos del altiplano andino (Tiwanaku
y
Pukara)
y con la exploración exhaustiva de las enigmáticas galerías
subterráneas que de Sacsayhuamán llevan a Cusco o hacia lugares desconocidos, se
podrá intentar revelar, en el futuro, el misterio de este fascinante lugar que
me llegó al corazón, y al cual considero como el mismísimo símbolo de la antigua
civilización megalítica americana.
En efecto, es extraño
que las piedras encajen a la perfección entre sí, de manera tal que ni el filo
de un cuchillo pueda pasar entre ellas. ¿Cómo fue posible edificar una cosa tan
perfecta sin instrumentos
modernos de construcción y corte, ni la fuerza motriz, que no apareció hasta el
siglo XIX?
Antes que nada, hay que analizar el problema del transporte de rocas tan
grandes. Según algunos investigadores, las piedras más pesadas (de andesita) se
encontraban ya en el sitio de Sacsayhuamán, pero, si así fue, debe explicarse de
todos modos cómo las levantaron para ubicarlas y encajarlas entre sí.
En caso de que hubieran estado en minas lejos de Sacsayhuamán, ¿cómo fueron
transportadas? Al no disponer de carros ni de animales de carga como bueyes o
caballos, se piensa que los pedruscos más pesados fueron deslizados sobre
troncos de árboles sosteniéndolos con gruesas cuerdas, como se ve en la última
foto, que muestra el desplazamiento de un megalito en la isla de Nías, en
Indonesia, en 1915.
Una vez agrupadas las rocas en el lugar donde se construiría la estructura, se
procedió a pulirlas, con el objetivo de que encajaran las unas con las otras.
Tenemos que pensar que los antiguos concebían el tiempo de manera diferente a
nosotros ahora. Trabajar una roca durante meses o años era una cosa normal, el
tiempo era visto no como un límite, sino como una oportunidad.
Para hacer que un pedrusco encajara perfectamente con otro, los antiguos
constructores debieron haber utilizado mazas de piedra más dura que la andesita
para poder pulir los vértices de cada uno y unirlo bien con otro.
Existe también la teoría de la existencia de una planta que, mezclada con otras
sustancias naturales, volvería la piedra fácilmente maleable, como si fuera
plastilina, usada por los niños para jugar.
Según algunos investigadores, los antiguos habitantes del altiplano dominaban
algunas técnicas de alquimia que permitían justamente modelar la roca a gusto
para volverla luego otra vez durísima. Según una leyenda difundida en Cusco, el
Padre Jorge Lira demostró en los últimos años del siglo XX que la técnica para
volver las piedras maleables era cierta y que se basaba en la utilización de una
planta llamada jotcha. No obstante, parece que el sacerdote no logró endurecer
de nuevo la roca. En todo caso, sus experimentos no se apoyaron nunca en pruebas
científicas y toda la historia permaneció siempre tras un halo de misterio.
Aunque se admita que los antiguos constructores de Sacsayhuamán lograron labrar
los pedruscos de manera que encajaran entre sí, queda aún el enigma de cómo
pudieron levantar piedras de decenas de toneladas de peso para ponerlas unas
encima de otras.
Según la teoría oficial, se ponía una base de madera oblicua entre el suelo y la
roca utilizada como fundamento. Luego, troncos perpendiculares en los cuales
colocar una base de madera en la cual había otros troncos perpendiculares. Sólo
sobre estos últimos se transportaba el pedrusco que iba a ubicarse sobre el que
estaba abajo. La operación se efectuaba tanto arrastrando como empujando, para
asegurar que la roca no se fuese para atrás, y se ponían palos entre los troncos
perpendiculares, con el fin de bloquear el posicionamiento. Las cavidades que se
descubrieron en algunas rocas servían, según algunos investigadores, para meter
troncos, con el fin de sostener la roca antes de ponerla definitivamente sobre
otra.
Según mi amigo peruano
Paul Mazzei, podría existir otra posibilidad: una vez puestas las rocas más
grandes en fila, los fundamentos de la estructura, se procedía a excavar debajo
de ellas con el fin de hacerlas hundirse a una profundidad más o menos igual a
su altura. Luego, simplemente se ponían otras rocas relativamente más ligeras
sobre las primeras, más pesadas. A continuación, se procedía a reducir y aplanar
el nivel de suelo de toda el área, con el fin de ocultar la “trinchera” excavada
inicialmente.Si bien algún día se logrará explicar exhaustivamente cómo se
construyó Sacsayhuamán, permanecerá siempre la duda de por qué y cómo fue
erigido. Como ya se había mencionado, hay quienes piensan que fue una fortaleza,
mientras que otros lo consideran un centro ceremonial.
De hecho, para nosotros es difícil comprender los motivos de una construcción
tan compleja que requirió ciertamente de muchos años para ser completada. Sin
embargo, hay que recordar que en el mundo hay cientos de construcciones
megalíticas y que la lógica de los antiguos es para nosotros complicada, pues
estaba relacionada con ritos y ceremonias que hoy resultan incomprensibles.
Después de haber comparado entre sí a muchos lugares arqueológicos de
Suramérica, llegué a la conclusión de que Sacsayhuamán fue construido mucho antes
que Cusco. En mi opinión, la estructura megalítica era el centro de una
ciudadela que se extendía más allá de los límites del actual parque
arqueológico.
Opino que los autores de Sacsayhuamán pertenecían a la llamada civilización
megalítica americana que se desarrolló en Suramérica poco después del diluvio
universal, a partir del noveno milenio antes de Cristo.
Sólo con ulteriores trabajos de excavación, con el estudio comparado de otros
sitios megalíticos del altiplano andino (Tiwanaku y Pukara) y con la exploración
exhaustiva de las enigmáticas galerías subterráneas que de Sacsayhuamán llevan a
Cusco o hacia lugares desconocidos, se podrá intentar revelar, en el futuro, el
misterio de este fascinante lugar que me llegó
al
corazón, y al cual considero como el mismísimo símbolo de la antigua
civilización megalítica americana.La suavidad
aterciopelada de la piedra resalta en estas formaciones. Hay figuras diseñadas
en las piedras y rocas, entradas a túneles subterráneos o chicanas, anfiteatros,
construcciones de carácter ritual, probablemente relacionadas con el culto al
agua. Este sitio desempeñó un importante rol en las actividades rituales
incaicas.
Se piensa que correspondió a una fortaleza
militar, en donde se entrenaba a los guerreros. Hay dudas al respecto, ya que,
de acuerdo a su arquitectura, podría haber tenido un fin religioso y haber sido
construido como un gran templo al dios Sol. Sin embargo, durante la época de la
conquista, mostró su eficacia como fortaleza para defender la ciudad. Su
principal característica es la forma en que fue construida; cuenta con grandes
bloques de piedra, alcanzando los más altos los 9 m. Se asevera que su
construcción demoró 50 años aproximadamente, iniciándose en el período del Inca
Túpac Yupanqui. Fue construida por 20.000 hombres.
Dentro de la fortaleza, había grandes almacenes
de alimentos y armas, y también canales para la distribución del agua. El trono
del Inca, ubicado junto a la fortaleza, consistía de una gran roca tallada y
pulida en varios niveles, desde donde el soberano presidía las fiestas,
celebraciones, desfiles y daba órdenes.
En la actualidad, quedan vestigios de las tres
murallas escalonadas edificadas de piedra caliza de origen sedimentario y
formación fosilífera.
Sacsayhuamán está dividida en diferentes
sectores: Sacsayhuaman, Rodadero, Trono del Inca, Warmi K’ajchana, Baño del
Inca, Anfiteatros, Chincana y Bases de Torreones, entre otros.